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Qué es el ADN ambiental

El ADN ambiental, también conocido como eDNA (por sus siglas en inglés: environmental DNA), es una herramienta molecular innovadora que se utiliza para el monitoreo de los ecosistemas. El eDNA se refiere al material genético que se encuentra en el entorno, específicamente en el agua, suelo, sedimento y aire.  Este enfoque permite comprender la biodiversidad de una manera no-invasiva y más eficiente.

El ADN ambiental consiste en pequeños fragmentos de material genético liberado por los organismos presentes en el medio ambiente. Estos fragmentos pueden ser restos celulares, heces, orina, piel u otras formas de material biológico. A medida que estos fragmentos flotan en el agua o se depositan en el suelo, se convierten en rastros de la presencia de especies en un hábitat determinado. Mediante técnicas de secuenciación masiva de ADN se puede analizar y catalogar la diversidad de especies presentes en un entorno específico a partir de una sola muestra ambiental. Esto es particularmente útil en áreas extensas o remotas, ya que reduce la necesidad de realizar capturas o monitoreos en persona.

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Este enfoque tiene estudios valiosos en diversas áreas de conservación de la biodiversidad, como:

Detección temprana de especies: El ADN ambiental permite tener acceso a la diversidad biológica de un área determinada. Mediante la recolección y el análisis de muestras de agua, suelo, sedimento o aire, se puede identificar especies de animales e incluso microorganismos (bacterias y hongos). Esta capacidad de detección temprana es crucial para comprender los cambios en los ecosistemas y tomar medidas de conservación oportunas.

Monitoreo de la salud del ecosistema: El ADN ambiental permite conocer la salud de los ecosistemas. Al rastrear los cambios en las poblaciones de especies a lo largo del tiempo, se puede evaluar la respuesta de un ecosistema a perturbaciones naturales o antrópicas, como la contaminación o el cambio climático. Esto proporciona información para la toma de decisiones informadas en la gestión y restauración de ecosistemas.

Conservación de especies amenazadas: En lugar de depender únicamente de observaciones visuales o trampas físicas, se puede analizar el ADN dejado en el entorno por estas especies. Esto permite una identificación precisa de la presencia y la distribución de especies en riesgo, lo que a su vez guía los esfuerzos de conservación.

Seguimiento de especies invasoras: Las especies invasoras representan una amenaza para los ecosistemas nativos. El ADN ambiental brinda la posibilidad de identificar y rastrear estas especies antes de que causen un daño irreparable a los ecosistemas y hábitat donde se establecen. Esta información es vital para implementar estrategias de gestión y control más efectivas, ayudando a preservar la biodiversidad local.

El ADN ambiental puede revelar información oculta en nuestro entorno natural, incluso en áreas donde las observaciones directas son difíciles y costosas. Sin embargo, es importante destacar que el uso del ADN ambiental no reemplaza por completo los métodos tradicionales de conservación y monitoreo de especies, como la observación directa y la captura convencional. En su lugar, el ADN ambiental complementa estas técnicas existentes y agrega una herramienta útil para comprender y proteger la biodiversidad en todo el mundo.

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